
Martí, un hombre robusto, con tatuajes en el cuello y una barba prolija y abundante, da los últimos acabados al corte de un chico de unos 30 años. Sus dedos manejan con sumo cuidado la navaja con la que delinea la cabeza de su cliente. Con los ojos apretados, asegura su precisión en la maniobra. Estamos en Paz y Miño Barbería, un lugar donde suena música rockabilly de fondo y en el que los estantes están repletos de rasuradoras clásicas, tónicos y esencias.














Paz y Miño Barbería, ubicada en La Floresta, es una de la lista de barberías que han poblado la ciudad en el último año. Estos lugares se diferencian de las tan comunes peluquerías unisex en que se escapan de ofrecer un corte de pelo, para brindar una experiencia a los hombres en el cuidado del cabello y la barba.
Cada barbería plantea una experiencia diferente y trata de ser única. En el caso de Paz y Miño, la música juega un rol ahí, por lo que no es extraño encontrarse con bateristas o vocalistas de bandas arreglándose la barba. “En el hip hop a la barbería la consideran el quinto elemento”.











“Aquí nos preocupamos de las orejas, de los vellos en varias partes del rostro, combinando con los aromas y las fragancias. Se sienten mimados.”













Martín y Óscar, los barberos de Paz y Miño Barbería
Otro lugar por donde me di una vuelta está ubicado en el Distrito La Tejedora, en Cumbayá. Solo al entrar el giro que le dan a una simple visita al peluquero me hizo sentir envidia de que los hombres tuvieran espacios así. La barbería, un oficio de siglos de historia, intenta ahora renovarse sin perder la elegancia y el servicio por los que se ha caracterizado desde tiempos pasados.






















Sillones de cuero, pisos con azulejos de diseños geométricos y jazz en los parlantes que acompaña el sonido de las rasuradoras en The Barber House. Tienen menos de un año atendiendo a sus clientes y nacieron con un concepto claro: ser ese lugar donde un hombre va a relajarse, mientras se preocupa de su aspecto personal. Aquí cada cita incluye una cerveza o un tinto pero también hay whiskey y productos de belleza masculina distribuidos en estantes con iluminación tenue.
Barberías clásicas hay. En el Centro Histórico y en ciertos barrios tradicionales tenemos algunas, pero la diferencia está en la propuesta con la que estos lugares nuevos llaman a sus clientes. En mi recorrido me encontré justamente con el rescate de los detalles de las barberías antiguas. Los sillones de cuero con soportes de metal, las rasuradoras plateadas y de modelos clásicos, el talco Clubman o de marcas de antaño con su fragancia típica, las ceras y los implementos que vemos en películas, todo traído a la actualidad para sacar a relucir las barbas más prolijas y los cabellos mejor cuidados.











En el siglo XVIII, los barberos eran también cirujanos y dentistas: cortaban la barba, pero también sacaban muelas, hacían sangrías y blanqueamiento de dentaduras con aguafuerte.











El conocimiento de un barbero dista del de un estilista porque conoce los procedimientos de corte, preparación de la toalla y los acabados para obtener una barba y una piel suaves y bien humectadas. Me encontré también con esos detalles cuando entré a Kings Barber Shop. Se trata de un espacio de aspecto más contemporáneo que los anteriores, en el que su dueño, David Álves me demostró cómo las barberías pueden ser este lugar de entretenimiento y ocio a la vez que un lugar de cuidado personal.






















En Kings Barber Shop, el área de peluquería y barbería están ubicadas al fondo y están cubiertas por unas grandes cortinas negras. Adelante se despliega una sala de muebles blancos frente a una barra de licores y cervezas. El frente es más un área de juegos y hay hasta un futbolín. “El ambiente y la confidencialidad hace que este lugar sea especial. Aquí vienen a relajarse. Hay una buena vibra como para que el cliente se olvide del trabajo y de lo que haya vivido en el día, y nosotros lo mimamos”.
No hay forma más placentera de apartarse de la cotidianidad que ocupándose de uno mismo. Pocas cosas son tan agradables como que te mimen y que te hagan sentir atractivo. Las barberías se habían ido pero ahora volvieron con más opciones, con más propuestas para sacar brillo al aspecto de tus barbas y cabellos.
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